Esta maravillosa
terapia energética, considerada una terapia alternativa de sanación, cuenta hoy
con muchos Maestros, practicantes, pacientes y con muchos estudios científicos
que la respaldan. Tanto si ya disfrutaron los beneficios de las sesiones, como
si todavía no conocen bien de qué se trata, este artículo es para dar a conocer
más en detalle lo que es y cómo funciona esta hermosa y amorosa técnica
oriental de sanación de mente, cuerpo y espíritu.
El Reiki canaliza la
energía natural del Universo, a través del terapeuta, quién la transmite hacia
el paciente a través de sus manos –aunque también puede hacerse a través de la
boca y de los ojos, con la técnica acorde– con la intención de equilibrar el
organismo, es la canalización del amor incondicional. Estilos como el Usui y el
Tibetano canalizan la energía cósmica, mientras que los estilos Kundalini y
Ujjvala lo hacen con la energía filtrada por la madre tierra, el sol, los
elementos, animales y plantas. Como todo es uno, cada cosa que existe en el
Universo, nosotros incluidos, se entiende que son distintos caminos para llegar
a lo mismo, por ponerlo claro.
“Reiki” es un concepto
y una técnica de origen japonés, redescubierta por el doctor Mikao Usui. Parte
de los principios de la medicina oriental, basada en los chakras (India),
puntos energéticos (Japón) y meridianos energéticos (China), y en los
desequilibrios energéticos que se producen en estos con las alteraciones
emocionales a lo largo de nuestra vida, causando eventualmente malestares,
dolencias o enfermedades en el cuerpo físico. Con Reiki se limpian y armonizan
estos puntos y canales energéticos para que la energía fluya de nuevo
correctamente por el cuerpo.
Un dato sumamente importante e interesante, por el cual se recomienda fuertemente que seamos conscientes de nuestras emociones y pensamientos, es que todas nuestras dolencias o enfermedades físicas tienen un origen emocional, desde un resfrío, acné, dolor de cabeza, bronquitis, diabetes, conjuntivitis, hasta quistes y cáncer. Un factor ambiental o climático podría acelerar la manifestación de un malestar, pero solamente porque las densidades provocadas por las emociones negativas no resueltas les abrieron la puerta antes. No es casualidad que las personas más optimistas y con mejor gestión de sus emociones rara vez se enferman, mientras que los pesimistas, inseguros, iracundos y que no expresan ni resuelven sus conflictos y viven en sufrimiento, suelen manifestar distintas disfunciones físicas seguidamente. La buena noticia, es que podemos “cerrar” esas grietas, fortalecer nuestro sistema energético, y sanarnos en medida que resolvamos esas cuestiones, a la par de armonizar y limpiar nuestro flujo energético.
El Reiki tiene muchos beneficios, sana a nivel mental, aliviando depresiones, angustias, estrés, insomnio e iras; a nivel físico como las enfermedades anteriormente mencionadas y todas las que existen; y a nivel espiritual, aportando claridad, armonización y limpieza de chakras y canales energéticos, y conectándonos con nuestro Ser. También, fortalece el sistema inmunológico, alivia migrañas, dolores menstruales, reuma, artritis. Libera sentimientos reprimidos, y aumenta la autoestima y vitalidad. Nos invita a actuar en pos de nuestro bienestar, la frase más común de mis pacientes es "estuve más tranquil@ y confiad@ que nunca la semana pasada, me sorprende haber mantenido la calma cuando en otras ocasiones hubiera estallado", o "al fin hice lo que tanto tiempo me había contenido o negado". Es verdaderamente emocionante, y para mí como terapeuta Reiki, me alegra ver cómo puedo ayudar a las personas a estar mejor en sus vidas diarias.
Hoy en día el Reiki
tiene reconocimientos de parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
como terapia complementaria, y se practica oficialmente en muchos hospitales en
el mundo, en particular Estados Unidos, Inglaterra y China. Esto es porque los
médicos han comprobado que se aceleran los tiempos de recuperación y
cicatrización de heridas, operaciones y fracturas, con lo cual
pueden dar de alta más rápido y disponer de las camillas para otros pacientes. Con
esto se evidencia la evolución y el apoyo científico que tiene esta técnica,
que ya hace tiempo dejó las fronteras del “creer o no creer”. Por supuesto
tiene un componente espiritual, aunque no hay que confundirlo con lo religioso,
el Reiki se adapta y practica en personas de todas las creencias o religiones
que haya, siempre y cuando se haga con amor en el corazón.
Puede hacerse tanto
presencial como a distancia, para esto último el terapeuta tiene que tener un
nivel de sintonización y conocimientos más altos. No cambia la efectividad,
sino la experiencia del paciente, aunque hay algunas técnicas y limpiezas que
sí solo pueden hacerse de forma presencial. La energía "vibra", tiene
frecuencias de vibración. Los colores, nuestros órganos, glándulas, células y
neuronas, los pensamientos que generamos, los sentimientos, y todo lo que
percibimos conscientemente responde a una frecuencia, y está comprobado que
determinadas frecuencias promueven la regeneración celular y neuronal, motivo
por el cual el Reiki sana.
El terapeuta Reiki
eleva su vibración a esos altos niveles que promueven esos estados de paz y
sanación, que son los que transmite al paciente. Es el mismo cuerpo del
paciente el que acepta y distribuye esa energía, motivo por el cual no se le
puede hacer Reiki a alguien que no quiera, o que no expresó su consentimiento o
su deseo de recibirlo, simplemente no funciona, como si fuera una puerta
cerrada. Nadie puede “imponerles” la terapia ni hacerlo a sus espaldas, ni
siquiera con la buena intención de ayudar a sanar a alguien cercano que está
afectado. La clave, es que la intención de querer sanarse del propio paciente,
junto al trabajo personal de aceptar y resolver el sentimiento o evento
emocional que provocó el desequilibrio o la enfermedad, es lo que determina que
pueda haber resultados tan impresionantes como que incluso se sane un quiste o
un cáncer.
Hay personas que se
hacen una sola sesión para que les ayude a mejorar algo puntual, otras hacen el
tratamiento completo promedio, que es de unas cuatro sesiones, que puede
extenderse en otras tres o cuatro si se hace una limpieza profunda de canales
energéticos, y también hay personas que lo hacen semanal o quincenalmente, como
es común hacer con una terapia psicológica o clases de yoga u otra disciplina,
buscando mantener el bienestar continuamente. Cabe mencionar que los Maestros
Reiki suelen hacerse el “auto-reiki” todos los días, además de atender a sus
pacientes, así como un deportista se ejercita todos los días para mantener su
estado óptimo.
Para dar detalles más
específicos de cómo funciona nuestro sistema energético, tenemos siete chakras
principales y veintiún secundarios, cada uno rige una serie de zonas del
cuerpo, órganos y glándulas, y son afectados por determinadas emociones, es por
eso que en la sesión de Reiki, el terapeuta apoya las manos a lo largo del
cuerpo del paciente, a la altura de los chakras. Es un procedimiento indoloro y
suave, que generalmente promueve un estado de paz y relajación, aunque como su
objetivo es sanar (en tres niveles: mental/emocional, física y espiritual), puede
que ser que el paciente sienta luego de la sesión alguna sensibilidad de ánimo
o física, llamada "catarsis", en la que el cuerpo naturalmente
expulsa estancamientos energéticos. Hay pacientes que se quedan dormidos en la
sesión, otros que perciben imágenes, colores, sensaciones de calor o frío, y
hasta aromas o gustos. Todo esto es normal y es un indicio de cómo la energía
está circulando por nuestro cuerpo, así como estamos en una profunda relajación
y meditación, conectando con nuestro espíritu. También puede suceder que no
sientan nada, más allá de una bonita tranquilidad, y los hay quienes de pronto
sonríen felices o una angustia le sube a la garganta, liberando las emociones
atascadas.
En cuanto a las
sesiones de Reiki, dura generalmente una hora, aunque también puede ser desde
15’ a una hora y media o más. Es sugerente acompañarse con música en frecuencia
432Hz o 528Hz, así como utilizar inciensos de buena calidad de mirra, sándalo,
jazmín, lavanda o canela, no con encendedor. Recomendación: Por más que está de
moda, evitar el palo santo, ya que
tiene una de las frecuencias más bajas. Por otro lado, el paciente se recuesta
en una camilla, y debe quitarse los objetos metálicos (pendientes, anillos, collares,
sostén con aro en caso de mujeres), sino la energía se dispersa y pierde
efectividad. En el caso de Reiki a distancia, el paciente deberá proveer al
terapeuta de la siguiente información: Nombre completo, edad, ubicación en
donde se encontrará a la hora de la sesión (cuanto más preciso mejor), y en lo
posible una foto del día, para que el terapeuta pueda conectar y visualizar con
la mayor precisión posible al paciente, como si fuera una sesión presencial. Se
sugiere estar sentado o acostado, para promover un mayor estado de relajación,
aunque no es imprescindible.
Lo más importante es
que seamos conscientes de nuestro proceso, evolución, y a la par del Reiki,
hagamos gradualmente los cambios en nuestros pensamientos y hábitos para tener
una vida emocional sana y equilibrada, lo que garantizará nuestra salud física,
y que la abundancia y el amor predominen en nuestra vida. Namasté 🙏💖
No hay comentarios:
Publicar un comentario